El banco de iglesia y el huevo

Hoy os traemos algo muy original que nos hemos encontrado olvidado cogiendo polvo en el almacén de una pequeña iglesia de un pueblo con poca población. Os dejamos primero la imagen para que le echéis un vistazo y después la historia de este particular elemento decorativo realizado por un desconocido artista local.

Una rara fusión entre banco de rezo y arte.



El autor de este objeto tan inusual es un artista llamado Juan, que vivía en un pequeño pueblo muy devoto. A pesar de ser un gran artista, Juan se sentía insatisfecho con su trabajo y con su vida en general. Un día, mientras caminaba por el pueblo, se detuvo en la iglesia y se dio cuenta de que los bancos de rezar eran aburridos y sin vida.

Juan decidió que quería hacer algo para cambiar esto y darle un toque de arte a la iglesia. Durante varios días, trabajó en secreto en un proyecto especial. Finalmente, terminó y decidió presentar su trabajo a la comunidad.

Un domingo por la mañana, durante el servicio, Juan llevó sus creaciones a la iglesia y las colocó encima de los bancos de rezar. La congregación se quedó boquiabierta al ver que los bancos habían sido modificados con grandes huevos decorativos.

A algunas personas les gustó el cambio, encontrando que los huevos daban un toque de originalidad y color a la iglesia, pero muchos de los congregantes estaban en desacuerdo, sintiendose ofendidos por la falta de respeto hacia la santidad del lugar y considerando que el acto de Juan era una blasfemia.

El cura de la iglesia, tratando de calmar los ánimos, se acercó a Juan y le preguntó por qué había hecho esto. Juan le explicó que quería darle un toque de arte a la iglesia y que él mismo se sentía más cerca de Dios a través de su arte.

Finalmente, después de una discusión, se llegó a un acuerdo para que Juan pudiera mantener los huevos decorativos durante un tiempo limitado y que al final se retirarian. Aunque no todos estaban contentos con la solución, Juan se sentía feliz de haber podido compartir su arte con su comunidad y seguiría buscando nuevas formas de expresión y de acercarse a Dios.